La Historia de la DO Ribera del Duero ha ido paralela a la unión de la viña y el vino, al fruto de unas cepas que marcan su paisaje, la personalidad de sus gentes y su cultura. Hay indicios de que los romanos cultivasen la viña en estas tierras, pero la primera referencia historica de la región como zona vitícola elaboradora de vinos se remonta al siglo XI dentro del proceso de la Reconquista en la Península. También se sabe que los monjes benedictinos de Cluny (Borboña) trajeron en aquella época vides a la Ribera del Duero, pero la verdadera progresión vitivinícola sucede en 1864 cuando se crea la empresa Bodega de Lecanda que utilizaba técnicas bordelesas y que en 1890 cambio de dueño y nombre convirtiéndose en Vega Sicilia. Uno de los datos más anecdóticos es que durante los 118 primeros años de su existencia el Vega Sicilia estuviera clasificado como vino de mesa, pese a ser uno de los vinos más raros y caros del mundo. El vino Vega Sicilia es uno de los vinos españoles más reconocidos a nivel internacional, por eso su proceso de elaboración es muy meticuloso, para que el resultado sea excelente. También merece mención la Bodega Pesquera cuya cosecha de 1975 supuso una revolución en los tintos de la Ribera del Duero.
El primer Acta que se recoge en los libros del Consejo Regulador data del 23 de julio de 1980, fecha en la que este Organismo actuaba con carácter provisional. Dos años después, el 21 de julio de 1982, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación le otorgaría la calificación de Denominación de Origen Ribera del Duero y aprobaría su primer Reglamento.
Desde entonces, la puesta en marcha de nuevas prácticas de cultivo, la introducción de las más modernas tecnologías para la elaboración del vino y los rigurosos procesos de control aplicados desde el Consejo Regulador han hecho de la Ribera del Duero un sinónimo de calidad.
La Denominación de Origen Ribera del Duero se emplaza en la franja de la cuenca del río Duero, de unos 115 kilómetros de longitud y 35 de anchura, situada en la confluencia de las provincias de Soria (con 19 municipios adscritos bajo la denominación ), Burgos (60), Segovia (4) y Valladolid (19). Comprende una superficie de viñedo inscrita de 20.956 ha y consta de más de 8.300 viticultores activos con cerca de 300 bodegas. Durante el año 2015 el Consejo Regulador proporcionó a las bodegas de la Denominación de Origen 91.607.091 contraetiquetas para la comercialización de sus vinos dentro y fuera de España.
La Ribera del Duero se localiza en la gran meseta septentrional de la Península Ibérica, formada por un gran zócalo antiguo arrasado y, en parte, recubierto por sedimentos terciarios. El mayor volumen de estos sedimentos está constituido por capas más o menos lenticulares de arenas limosas o arcillosas, y destaca la alternancia de capas, tanto de calizas como de margas e, incluso, de concreciones calcáreas. La cuenca ribereña, formada durante el Mioceno, presenta niveles horizontales, suavemente ondulados, limitados por la erosión diferencial, y convertidos hoy al estado de penillanura.
El relieve de la zona oscila entre las lomas interfluviales, con cotas de 911 metros, y los valles, con una altura topográfica situada entre los 750 y 850 metros. Todo esto traducido se resume en que las laderas cultivadas normalmente están orientadas al sur para recibir los últimos rayos de sol y protegerse de los fríos vientos del norte donde hay terrenos de arena y cantos rodados, capaces de regular la humedad para alimentar las raíces de la planta y retener el calor para soltarlo por las noches.
La climatología de la Ribera del Duero se caracteriza por veranos secos e inviernos largos y rigurosos y con acusadas oscilaciones térmicas a lo largo de las estaciones, la enmarcan dentro de un clima mediterráneo cuyo carácter primordial es la continentalidad, el frío intenso retrasa el brote de la vid, los bruscos cambios de temperatura entre el día y la noche estivales, provocan un perfecto equilibrio del fruto durante su maduración. En otoño se recoge una uva de magnífica calidad.
Los vinos de la DO Ribera del Duero son fundamentalmente vinos tintos, pero también se elaboran vinos rosados y la normativa obliga a que todos sus vinos estén elaborados con un 75% de Tempranillo como mínimo.
Las variedades tintas utilizadas son tempranillo (65% de lo cultivado), cabernet sauvignon, malbec, merlot y garnacha tinta y una uva blanca la albillo, para producir los vinos de esta denominación:
En cuanto al enoturismo cabe destacar la Ruta del Vino Ribera del Duero que pertenece a las rutas del vino de España.
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