En Río Negro los cultivos se desarrollan en una serie de valles ubicados sobre la cuenca de los ríos Colorado y Negro, que atraviesan la provincia de oeste a este. Los viñedos alcanzan los 370 metros en los altos valles al oeste del territorio y su altura disminuye con el curso de los ríos hacia el Altántico hasta alcanzar los 4 metros.
La escasa altura de la zona se combina con la mayor latitud, con un efecto compensatorio en la temperatura. En el oeste, el clima es mayormente continental y seco, con escasas precipitaciones y baja humedad relativa. Los inviernos son fríos, mientras que los veranos se presentan cálidos y secos, dotando a la región de una notable luminosidad y una gran amplitud térmica. Los vientos que soplan de la cordillera austral aumentan la sequedad del ambiente y permiten una excelente sanidad de los viñedos.
Hacia el este, en la localidad de San Javier, el Valle Inferior del Río Negro forma una llanura con suave pendiente hacia el mar y alturas que oscilan entre los 4 y los 16 metros, con temperaturas moderadas por el efecto marino (vitivinicultura atlántica).
Los vinos de la región de Río Negro se destacan por su excelente relación entre alcohol y acidez, producto de una maduración lenta de las uvas. Son interesantes los blancos obtenidos a partir de la uva Sauvignon Blanc y Semillón, dotados de un aroma personal, con toques minerales difíciles de encontrar en otras zonas. En los tintos se destaca el Malbec, Merlot y Pinot Noir, con buena intensidad colorante y mucha tipicidad.