Poco se conoce de la Bélgica vinícola, y es que si pensamos en este país nos viene a la mente seguramente su alucinante variedad de cervezas de calidad, pero lo que no sabemos es que hasta el siglo XV antes de la pequeña glaciación que convirtio las temperaturas en extremas, regiones como la de Lieja eran aclamadas y comparadas con las mejores regiones francesas en la elaboración de vinos, pero al igual que pasó en Inglaterra también en Bélgica cuando el frío impidio poder mantener las viñas, los monjes tuvieron que dedicarse y refugiarse en la elaboración de cerveza.
Debido a la escasa superficie de viñedos, tan sólo 70 hectáreas, la producción de vino en Bélgica es muy inferior a la del resto de paises de la Comunidad Europea. Esto hace que no tenga prácticamente influencia en el mercado y provoca que prácticamente la totalidad del vino que se comercializa en Bélgica proceda de la importación, sobre todo de Francia, España e Italia. Pero Bélgica tiene algo a favor y es que los belgas tienen un consumo percápita muy elevado, más que el español por ejemplo, buscando la calidad y pagándola si hace falta lo que está motivando a los bodegueros a invertir en mejoras científicas en la viticultura e innovar en infraestructuras, que unido al cambio climático que cada vez es más templado, con veranos y otoños cada vez más soleados, esta provocando que la calidad de los vinos valla en aumento, y aunque quizas a nivel internacional no están siendo muy reconocidos, dentro del país se esta apoyando y defendiendo esa calidad con un aumento del consumo.
En esto ha tenido mucho que ver el desarrollo de ciertas denominaciones de origen controladas. Desde el año 1997, Bélgica posee sus propias denominaciones de origen controladas, posicionandose, 3 en la región flamenca (siendo las más antiguas), Hageland en 1997, Haspengauw en 2000 y Heuvelland en 2005. En cuanto a la región Valona, desde mayo de 2005 posee una denominación de origen llamada Côtes de Sambre et Meuse, que está destacando por tener buenos suelos de viñedo con laderas orientadas al sur que ayudan a la maduración de las uvas y estan sacando adelante unos vinos tintos con una diferencia cualitativa a la alta comparado con otras.
Aunque Bélgica no llegue a ser un buque insignia en el mundo del vino, últimamente con la creación de nuevas variedades de uvas como la Cabertín, Rondo, Pinotin o Acolon esta consiguiendo gamas de calidad muy interesantes que harán las delicias de esos intrepidos y curiosos amantes del vino que siempre están buscando nuevas sensaciones para celebrar la vida como se merece.